346: La obra del Espíritu Santo en el creyente - 13/10/2024 - #1321
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Pastor José Luis Cinalli
13/10/2024
La obra del Espíritu Santo en el creyente
13/10/2024
La obra del Espíritu Santo en el creyente
“… Ustedes que oyeron… la buena noticia de… salvación, y… creyeron en Cristo (NTV)… fueron sellados como propiedad de Dios con el Espíritu Santo…”, Efesios 1:13 (DHH).
El Espíritu Santo es la marca que Dios coloca en aquellos que son sus hijos. “... El Espíritu nos convierte en hijos de Dios…”, Romanos 8:15 (TLA). “Nos ha puesto una marca que muestra que le pertenecemos: el Espíritu en nuestros corazones...”, 2ª Corintios 1:22 (PDT). “Sellados como propiedad de Dios con el Espíritu Santo”, Efesios 1:13 (DHH). Sellados significa identificados y autenticados como propiedad de Dios. Además “Dios… nos ha dado su Espíritu como garantía de que cumplirá sus promesas”, 2ª Corintios 5:5 (PDT). ¿A qué promesas se refiere? A nuestra salvación definitiva: “Sellados para distinguirlos como propiedad de Dios el día… en que para siempre serán liberados del pecado”, Efesios 4:30 (DHH, TLA). En segundo lugar, a la promesa de un cuerpo glorificado. Al cristiano fiel le aguarda “una casa en el cielo, un cuerpo eterno hecho… por Dios mismo…”, 2ª Corintios 5:1 (NTV). La presencia del Espíritu Santo en el creyente es un adelanto de la bendición del cielo. ¡La paz y el gozo que disfrutamos en esta tierra no es más que una primicia del gozo y la paz que disfrutaremos cuando arribemos a la definitiva y permanente morada celestial!
El Espíritu Santo habita en el creyente. “… El Espíritu Santo… mora en nosotros”, 2ª Timoteo 1:14 (CAS); Romanos 5:5, 8:11; Tito 3:6; 1ª Tesalonicenses 4:8; Santiago 4:5; 1ª Juan 3:24. El cristiano verdadero tiene al Espíritu Santo porque “no es cristiano quien en su interior no tenga el Espíritu de Cristo”, Romanos 8:9 (NT-BAD). “… El cuerpo del cristiano es templo del Espíritu Santo… el Espíritu Santo lo habita…”, 1ª Corintios 6:19 (NT-BAD); 3:16. “Somos el templo del Dios viviente…”, 2ª Corintios 6:16 (NTV); Efesios 2:21-22; 1ª Pedro 2:5. Un templo es un lugar sagrado para Dios y libre de inmoralidad. Nuestros cuerpos pertenecen a Dios, por eso no debemos contaminarlo: “Ustedes no son sus propios dueños… Dios… los compró… Por eso deben dedicar su cuerpo a honrar y agradar a Dios”, 1ª Corintios 6:19-20 (TLA). “Nuestro cuerpo era un caballo dispuesto cuando estaba al servicio del diablo, no dejemos que sea un perezoso animal ahora que tira el carruaje de Cristo”, Spurgeon.
El Espíritu Santo es dado a quienes creen y obedecen a Dios. “Dios da su Espíritu Santo a todos los que lo obedecen”, Hechos 5:32 (TLA). El Espíritu Santo es el regalo que Dios otorga a las personas que obedecen los requisitos establecidos por Él mismo para ser salvos. Pedro dijo: “Arrepiéntanse y sean bautizados... así Dios... les dará el Espíritu Santo”, Hechos 2:38 (NBLH, TLA). La persona debe arrepentirse de sus pecados como consecuencia de haber oído y creído el evangelio de Jesucristo; y luego bautizarse para recibir el perdón de los pecados y el don del Espíritu Santo. La persona que oye el evangelio (Romanos 10:17; Juan 5:24-25), lo cree (Juan 3:16; Romanos 10:9), se arrepiente de sus pecados (Lucas 13:5; Hechos 3:19), confiesa a Cristo públicamente (Mateo 10:32-33; Romanos 10:10; Lucas 12:8-9; Hechos 8:37; Mateo 16:16) y se bautiza (Marcos 16:16; Hechos 2:38; Romanos 6:3-4) nace de nuevo, es una nueva criatura, entra en el reino de Dios (Colosenses 1:13), es agregada al Señor (Hechos 11:24), a su iglesia (Hechos 2:47) y recibe el regalo del Espíritu Santo, Hechos 2:38.
El Espíritu Santo permanece en el creyente obediente. Jesús dijo que el Espíritu estaría “con nosotros… siempre” (Juan 14:16) ¡siempre que sigamos obedeciendo a Dios! “Los que obedecen los mandamientos de Dios permanecen en comunión con él, y él permanece en comunión con ellos…”, 1ª Juan 3:24 (NTV). “El que guarda sus mandamientos… Dios habita en él…”, 1ª Juan 3:24 (NT Pesh Esp). “...Deben seguir fieles a lo que se les ha enseñado desde el principio. Si lo hacen... estarán siempre en comunión íntima con Dios...”, 1ª Juan 2:24 (NTV, NT-BAD); Hebreos 3:14; Salmo 14:5. El Espíritu Santo mora en el cristiano así como Dios el Padre y Jesucristo también moran en él: “… Solo me revelo a los que me aman y obedecen. Y, además… mi Padre y yo vendremos a él (BDA2010)… y nos quedaremos a vivir con él”, Juan 14:23 (NT-BAD, NBE); Gálatas 2:20; Efesios 3:17. ¡Qué gran bendición es el Espíritu Santo: influye en nosotros, nos dirige, nos ayuda, nos da fortaleza espiritual y gran capacidad para servir a Dios, resistir la tentación y soportar las pruebas!
El Espíritu Santo tiene comunión con el creyente. “… La comunión del Espíritu Santo sea con todos vosotros”, 2ª Corintios 13:14, Hebreos 6:4. “… Ustedes tienen al Espíritu Santo… Por eso, hagan lo que el Espíritu Santo les ha enseñado… permanezcan… en comunión (NTV)… unidos a Él… ”, 1ª Juan 2:27 (TLA, DA). Desarrollar una relación siempre creciente de amor con el Espíritu Santo es la clave de una vida y un ministerio bendecido.
El Espíritu Santo llena al creyente verdadero. “No se embriaguen… con vino… más bien estén llenos del Espíritu Santo y dejen que El los guíe”, Efesios 5:18 (NT-BAD). Los creyentes llenos del Espíritu están completamente bajo su dirección, llenos de los frutos del Espíritu (Gálatas 5:21-23) y completamente sometidos a las Escrituras ya que “La espada del Espíritu es la Palabra de Dios”, Efesios 6:17. “Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas…”, Colosenses 3:16 (NTV). Si la Palabra no habita en abundancia en nosotros es imposible ser llenos del Espíritu que fue quién la inspiró. Los que resisten la predicación de la Palabra resisten al Espíritu, Hechos 7:51. Dios espera que seamos “llenos de bondad” (Romanos 15:14); “llenos de la plenitud de Dios”, Efesios 3:19 (NVI); “llenos del fruto de justicia”, Filipenses 1:11 (NVI) y “llenos de buenas obras y de actos de misericordia”, Hechos 9:36 (RVA).
El Espíritu Santo guía al creyente. ¿Cómo saber si el Espíritu Santo mora en nosotros? Porque somos guiados por el Espíritu: “Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios”, Romanos 8:14 (NTV). “Son controlados por el Espíritu si el Espíritu de Dios vive en ustedes”, Romanos 8:9 (NTV). “… Dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida”, Gálatas 5:16 (NTV). “… Sigamos la dirección del Espíritu Santo en cada aspecto de nuestra vida”, Gálatas 5:25 (NT-BAD). El creyente verdadero se identifica por la forma en la que se comporta: ¡no vive mundanamente sino que es guiado y controlado por el Espíritu! “… No hay condenación para los que… no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu… Los que viven según la carne, anhelan las cosas de la carne; los que viven según el Espíritu (Castillian)… se preocupan por las cosas del Espíritu”, Romanos 8:1 y 5 (NBLH y DHH). Vivir “conforme a la carne” es vivir una vida mundana, que trae como resultado la muerte espiritual: “... Si ustedes viven conforme a la carne, habrán de morir...”, Romanos 8:13 (NBLH). Todas las personas mueren físicamente sin importar cómo hayan vivido, pero la muerte eterna es el resultado de vivir conforme a la carne. “... Quienes siembran únicamente para complacer su naturaleza humana y sus malos deseos solo cosecharán la destrucción eterna. Pero el que siembra para agradar al Espíritu, cosechará la vida eterna”, Gálatas 6:8 (PDT). Si somos guiados por el Espíritu no seremos como Elimas “lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia…”, Hechos 13:10. No seremos como Ananías quién permitió “que Satanás llenara su corazón” (Hechos 5:3, NTV) para mentirle al Espíritu Santo. No seremos como las personas mencionadas por Pablo quienes “se llenaron de toda clase de perversiones, pecados, avaricia, odio, envidia, homicidios, peleas, engaños, conductas maliciosas y chismes… (siendo) traidores, insolentes, arrogantes, fanfarrones y gente que odia a Dios…”; Romanos 1:29-30 (NTV). No seremos como el sumo sacerdote y los saduceos que “se llenaron de celos”, Hechos 5:17. Muy por el contrario seremos llenos de los frutos del Espíritu: “El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”, Gálatas 5:22-23. Por eso la recomendación bíblica es esta: “Revístanse con el Señor Jesucristo y no piensen en satisfacer los malos deseos de su naturaleza humana”, Romanos 13:14 (PDT). ¿Estamos suprimiendo los deseos carnales o los estamos estimulando? Si andamos en malas compañías, si alimentamos nuestra mente de pensamientos basura y damos rienda suelta a las imágenes degradantes estaremos estimulamos los deseos del corazón malo; pero si nos alimentamos de la Palabra de Dios y andamos en compañía de gente espiritual seremos personas espirituales, Romanos 8:1-5. Nada es mejor que ser gobernados por el Espíritu Santo.
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